Calatañazor (1002). El fin de Almanzor.

4 febrero 2012

Situémonos en el año 711, cuando en plena decadencia visigoda la península Ibérica es conquistada por fuerzas musulmanas, en tan solo 14 años. La expansión es frenada en territorio galo haciendo retroceder lentamente a las fuerzas de Alá, hasta estabilizarse la frontera en el centro de Castilla.

Almanzor

En el año 976 se produce una serie de luchas internas por la sucesión del poder legítimo entre las fuerzas moriscas, y es cuando surge con fuerza Ibn abi-Amir Mohammad también llamado “Almanzor” (el Victorioso por Alá), dedicado profundamente a la teología y la economía. De ser el responsable y jefe de la moneda, con 36 años, pasa a ser el caudillo y jefe del ejército musulmán en territorio ibérico, impidiendo a cualquier rival hacerle sombra. Para asentarse en el poder desarrolla una campaña de radicalización contra todos los partidarios de la paz para con los cristianos en el califato cordobés. Y aplica las leyes extremas de la ortodoxia sunní quemando libros que le parecían impuros como los de: filosofía, astronomía y conocimientos. Una vez asentado en el poder, tanto fisica como psicológicamente, lleva a cabo nada menos que 56 campañas de hostigamiento, saqueos y captura de esclavos en territorio cristiano entre los años 977 y 1002. Las llamadas “Razias” o ataques sorpresa. En todas salió victorioso y su leyenda fue tremenda tanto para los árabes como desgraciadamente para los cristianos, su muerte fue la paz y el inicio de la recuperación del territorio ibérico… la Reconquista.

Las temibles razias (o aceifas) de Almanzor entre los años 977-1002:

Año 977:
01-03º Baños de Ledesma, Cuellar y Salamanca.
Año 978:
04-05º Barcelona y Baños de Ledesma.
Año 979:
06-08º Zamora, Sepúlveda y Algeciras.
Año 980:
09-10º Atienza, Medinaceli y Almunia.
Año 981:
11-15º Vargas, Montequinto, Calatayud, Zamora y Trancoso.
Año 982:
16-17º Gerona, Toro y León.
Año 983:
18-19º Simancas y Salamanca.
Año 984:
20-22º Sacramenta, Zamora y Sepúlveda.
Año 985:
23-24º Barcelona y Algeciras.
Año 986:
25-26º Zamora, Salamanca, León y Condeixa.
Año 987:
27-28º Coimbra.
Año 988:
29-30º Portillo, Zamora y Toro.
Año 989:
31-33º Astorga, Portillo (Valladolid) y Toro.
Año 990:
34-35º Osma, Alcubilla y Montemayor.
Año 991-992:
36-38º Nájera y Vasconia.
Año 993-994:
39-42º San Esteban de Gormaz, Pamplona, Clunia, Astorga y León.
Año 995-996:
43-47º Medina de Pomar, San Román, Aguilas de Sausa, Astorga.
Año 997:
48º Santiago de Compostela.
Año 998:
49º Algeciras.
Año 999:
50º Pallars.
Año 1000:
51-52º Pamplona, Cervera.
Año 1001:
53-55º Montemayor y Pamplona.
Año 1002:
56º San Millán de la Cogolla.

Al inicio del año 1002, Almanzor no se imaginaba que la muerte estaba fijándose en él, ya que se consideraba invencible. Es en Calatañazor o en Bordecorex (ambos en Soria) donde presumiblemente muere para ser enterrado a los pocos días en Medinaceli.

Guerra Santa

Existen diversas teorías o especulaciones sobre las causas de la muerte de Almanzor. Las fuentes cristianas pecan de un exceso de patriotismo y declaran que se produjo una gran batalla en las vísperas de la llegada a Calatañazor. Las tropas musulmanas se retiraban de la zona norte hacia Toledo tras haber saqueado la zona de San Millán de la Cogolla e incendiado su monasterio, volvían victoriosos con un botín que les ralentizaba la marcha. Según fuentes históricas los cristianos unieron sus fuerzas y avanzaron hasta el río Duero para enfrentarse a Almanzor. El ejército cristiano estaba formado por huestes leonesas del conde Melero González (gobernador de León en nombre del rey niño Alfonso V), navarras del rey Sancho III el Mayor, y castellanas del conde Sancho I García de Castilla, «el de los buenos fueros».

Ambos ejércitos se encontraron en la zona norte de Calatañazor (Soria), en el rio Avión, subafluente del Duero. Los cristianos, divididos en tres masas, aguantaron las sucesivas acometidas de la caballería cordobesa, que era el cuerpo principal de batalla del ejército musulmán. Durante los combates el propio Almanzor resultó herido. Por la noche los musulmanes se retiraron en silencio del campo de batalla, pero su general murió la noche del 9 al 10 de agosto cerca de Medinaceli por las heridas sufridas en la batalla, siendo enterrado en esta villa soriana.

No se conservan ni se conocen escritos de la época que corroboren estos hechos de gran relevancia histórica, tan sólo Cronicones, Anales y Cantares de Gesta que fabulan sobre los hechos. Tenemos que esperar 250 años para encontrar escritos de renombre relacionados con el hecho. En el siglo XIII dos personalidades inician esta leyenda.
La primera mención de Calatañazor y de la batalla que lleva su nombre proviene del también obispo-cronista Lucas de Tuy, conocido por el Tudense, que en su obra titulada «Chronicon Mundi» (hacia 1236) nos relata esta supuesta batalla de forma totalmente anacrónica:

“…Después desto ( de la conquista de Santiago de Compostela y destrucción de su iglesia en el verano del 997), el rey Vermudo ynbió mensajeros al conde Garci Fernández de Castilla y a García (el Temblón) de Pamplona para que le diesen ayuda para combatir a tantos enemigos… Y como Almançor salio de Galizia y otra vez quería destruir los términos de Castilla, corrio a él el rey Bermudo con gran hueste e en el lugar que se dice CALATANASOR muchos millares de sarracines cayeron, y si la noche non cerrara el día, ese Almançor fuera preso. Empero ese dia no fue vencido, mas de noche tomo fuyda con los suyos. Y al dia siguiente el rey Bermudo mando ordenar las hazes… mas llegándose la hueste a las tiendas de los sarraçines, fallaronlas solamente, fartadas con muchedumbre de despojos. Mas el conde Garçi Fernández, seguiendo los moros que fuyan, mato innumerable muchedumbre de ellos. Pero fue vn maravilloso dicho en ese dia que en Calatanasor fue vencido el rey: vno como pescador en la ribera del rio Guadalqueuir, como plañendo, boces en palabra caldea, e a ueces en española, clamaua diciendo: en calatanaçor perdio almançor el atambor «, que quiere decir su alegria; veniendo a él todos los bárbaros de Córdoua, e como se allegasen a él, desfaziase ante sus ojos y llorando a ellos otra vez aparesçía e lo tornaua a decir. Este creemos que fue el diablo que lloraba la cayda de los moros. Mas Almasçor, desde ese dia que fue vençido, nunca quiso comer ni beuer y veniendo a la çibdad que se dice Medinaceli morio….”

La otra versión de la misma época, es también resumida por el arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, conocido por El Toledano. Obispo de Osma (Soria) antes de ocupar la silla episcopal de Toledo y muy vinculado con el célebre monasterio soriano de Santa María de Huerta.
Dice así:

“Y así, en el año decimotercero, Almanzor, tomado de nuevo su ejército, penetró por la parte de Galicia que se llama Portugal…..y habiendo llegado a las tierras cercanas al mar, destruyó también la ciudad y la iglesia de Santiago, pero espantado por un rayo, no se atrevió a hollar el lugar donde se creía estaba el cuerpo del apóstol…Lo que si hizo…llevarse las campanas menores como señal de victoria, y las utilizó como lámparas en la mezquita de Córdoba…Al, como después podremos comprobar, Almanzor y su ejército…fue aniquilado por una peste asquerosa de por si, esto es, la disentería… Y así Almanzor, forzado por la peste, regresó a su tierra. Por su parte el rey Vermudo, forzado por los acontecimientos, envió una embajada al conde de Castilla García Fernández y al rey de Navarra García el Temblón para que, olvidados de las afrentas, hicieran frente común a librar en los combates en defensa de la fe….y cuando todos se hubieran reunido, salieron al encuentro de Almanzor, que venía con sus árabes a invadir Castilla, en un lugar que en árabe se llama Calatañazor y en latín Altitudo Vulturum (Altura de los buitres). Y como ambos bandos se arremetieran a conciencia, pereció la mayor parte del ejército agareno; sin embargo, al cesar la batalla con las tinieblas de la noche, ninguno de los dos bandos cedió terreno; pero al constatar (Almanzor) la carnicería que habían sufrido los suyos, no se atrevió a reanudar el combate. Por lo que huyó de noche, y al llegar al valle de Bordecorex, expiró abatido por el dolor y fue llevado a Medina, la llamada Celi. Con la primera luz del día, el ejército cristiano creyó que los árabes volverían al combate, pero cuando comprobaron que las tiendas estaban vacías, se hicieron con ellas, los bagajes y demás botín. Por su parte, el conde García Fernández, emprendiendo con ardor la persecución de quienes habían escapado a la muerte, no dejó casi ninguno con vida. Almanzor por su parte, el que siempre había vencido, se siente tan abrumado por el dolor que desde el día del combate hasta el último de su vida no probó alimento ni bebida alguna.”

No es comprensible que un acontecimiento de tal trascendencia, como corresponde tanto a esta acción bélica como al fallecimiento de Almanzor, sea ignorado por fuentes históricas coetáneas: las musulmanas totalmente y algunas cristianas sólo en forma telegráfica, sin citar las causas de su muerte.
Estas que hemos leído son las únicas fuentes que citan el fallecimiento de Almanzor, la primera de forma anacrónica y la otra acorde con el año del fallecimiento. No se comprende el absoluto silencio de los monjes de Silos en su Crónica Silense, por pura razón geográfica al hallarse este monasterio cercano a Calatañazor.

Por otro lado la mejor fuente de información musulmana que cantaba las gestas de su líder “Almanzor” es un valioso ejemplar anónimo cuyo título en árabe es “Dikr bilad al-Andalus”. Una recopilación histórico-geográfica que recoge las cincuenta y seis campañas del invicto al-Mansur, donde también se cita la última campaña, que nos dice:

“La quincuagésimosexta, la de B.t.r.yus, en la que falleció. Salió de Córdoba estando ya enfermo, el jueves, seis de…..del 392 (1002), e hizo botín… la enfermedad, por lo que emprendió regreso hacia Córdoba, pero murió….y fue enterrado en la frontera, en Medinaceli, el veintisiete del ramadán de ese año (9 al 10 de agosto del 1002). Fue enterrado bajo el polvo que había recogido en sus campañas, pues, cada vez que salía de expedición, sacudía todas las tardes sus ropas sobre un tapete de cuero e iba reuniendo toda el polvo que caía. Cuando murió lo cubrieron con ese polvo”.

Sobre su tumba se escribió:

“Sus hazañas te informarán sobre él
como si con tus propios ojos lo estuvieras viendo,
¡Por Allah¡, nunca volverá a dar el Mundo nadie como él
ni defenderá las fronteras otro que se le pueda comparar.”

Mito o realidad en la que la supuesta batalla de Calatañazor fue parte de un conjunto de leyendas que tienen su origen en la campaña de Santiago de Compostela (verano del 997), y que finaliza en el Monasterio de San Millán de la Cogolla (patrón de Castilla), que fue incendiado por las huestes musulmanas. Al haber profanado el templo del apóstol Santiago se dice que Almanzor sufriría un tremendo castigo divino acorde con semejante sacrilegio …sufrir una peste asquerosa, o incluso la disentería. Pero esto no era suficiente. Fue necesario el recrear una sonada victoria sobre el invicto al-Mansur, incluida su muerte, para convencer al orbe cristiano del castigo divino por la afrenta al Apóstol Santiago.

Castillo de Gormaz

 

Inició su campaña enfermo. El itinerario de la misma sería: tomando como base de partida Medinaceli o bien la fortaleza de Gormaz, por Osma, Clunia y Salas de los Infantes, remontando el cauce del río Pedroso, se dirige a la villa condal de Canales de la Sierra y de aquí al monasterio de San Millán de la Cogolla (de Suso) que incendió. En el trayecto no hubo oposición cristiana.
El empeoramiento de su enfermedad le obligó a ordenar la retirada siguiendo un itinerario más dificultoso, posiblemente para ocultar su enfermedad y alcanzar lo antes posible la capital fronteriza de Medinaceli. Por el puerto de Santa Inés (oeste de Sierra Cebollera) y en dirección sur por Vinuesa, Abejar, Calatañazor, La Muela y por el Portillo de Andaluz, vadear el Duero, continuando por Berlanga de Duero, Caltojar, Bordecorex, Rello, Barahona hasta Medinaceli.

No se descarta una posible acción ofensiva del conde castellano Sancho García, en las inmediaciones de Calatañazor, sobre la retaguardia de un ejército en retirada, con su jefe moribundo (el regreso a Medinaceli lo realizó Almanzor en litera desde San Millán) y posiblemente con abundante «botín de guerra» y por ello, lento y pesado; su capacidad operativa, en todos los órdenes, tendría que hallarse muy disminuida.

Calatañazor

 

La retirada duró catorce días y pudo fallecer en Calatañazor o en cualquier lugar de ese recorrido en la noche del 9 al 10 de agosto del 1002 siendo enterrado en Medinaceli. No murió como un mártir a pesar de su extremismo religioso, lo que no remata su encumbrada memoria por parte musulmana, pero sin embargo sí que mantuvo, incluso en su muerte, el título que le dio renombre de “Victorioso por Alá” (Almanzor).

<<La tradición sostiene que «en Calatañazor Almanzor perdió el tambor«, que es tanto como decir que en Calatañazor perdió Almanzor el pandero, que es su alegría…>>

Comentarios en "Calatañazor (1002). El fin de Almanzor."

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  1. lazaro noviembre 10, 2013 a las 23:52

    Lástima que semejante destructor no muriese antes, porque a ese gran nombre que le dieron, se le podria añadir, profanador, ladrón, incendiario, inhumano, y llenaria una cuartilla. Me alegro de su muerte, pero debio de haber sido una muerte más cruel, en recompensa con lo que el habia hecho. maldito Almanzor.

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