F. D. Roosevelt. 1941 Objetivo: la guerra.

22 enero 2012

Año 1941, en plena segunda guerra mundial, el presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt era un firme partidario de entrar en la guerra. En Europa su aliado británico soportaba con dificultad el empuje de los ejércitos Alemanes e Italianos que ganaban terreno en todas direcciones, incluso contra la URSS. En el Pacífico, a su vez, la expansión de Japón llegaba a amenzar la influencia colonial estadounidense en esos territorios. El pueblo norteamericano, por contra, tenía muchas reticencias a entrar en guerra debido a su mal recuerdo en la contienda europea de 1914, donde no fueron influyentes en la resolución del conflicto y perdieron muchos soldados. Por lo que su posición era aislacionista respecto a los demás países. Pero F.D.Roosvelt no pararía hasta conseguir hacer entrar en guerra a su país, para ello tendría que preparar a la opinión pública.

El 27 de Octubre de 1941, considerado el Día de la Armada, Roosevelt elaboró un discurso en una gran reunion en Washington DC, y fue transmitido en vivo por la radio a nivel nacional, con lo que el golpe de efecto fue generalizado en todo el territorio estadounidense. En él se dio a conocer un hecho dramático y desconocido hasta el momento. La existencia de una mapa arrebatado supuestamente a un espía alemán en Buenos Aires tras sufrir un accidente de automóvil.

«……..Hitler has often protested that his plans for conquest do not extend across the Atlantic Ocean. But his submarines and raiders prove otherwise. So does the entire design of his new world order………… For example, I have in my possession a secret map made in Germany by Hitler’s government — by the planners of the new world order. It is a map of South America and a part of Central America, as Hitler proposes to reorganize it. Today in this area there are 14 separate countries. The geographical experts of Berlin, however, have ruthlessly obliterated all existing boundary lines; and have divided South America into five vassal states, bringing the whole continent under their domination. And they have also so arranged it that the territory of one of these new puppet states includes the Republic of Panama and our great life line – the Panama Canal ………… That is his plan. It will never go into effect……….»

(Traducción)

«…….Hitler ha protestado a menudo, que sus planes de conquista no se extienden a través del Océano Atlántico. Sin embargo, sus submarinos y raiders dan prueba de lo contrario. Lo mismo ocurre con todo el diseño de su nuevo orden mundial ………… Por ejemplo, yo tengo en mi poder un mapa secreto realizado en Alemania, por Hitler, por el gobierno, por los planificadores del Nuevo Orden Mundial. Se trata de un mapa de América del Sur y parte de Centroamérica, como Hitler propone reorganizarla. Hoy, en esta zona hay catorce países diferentes. Los expertos geográfico de Berlín, sin embargo, han destruido sin piedad todas las líneas de frontera existentes, y han dividido a América del Sur en cinco estados vasallos, arrastrando al continente entero bajo su dominio. Y también lo han arreglado para que uno de sus territorios títere sea la República de Panamá incluso con nuestra gran linea de vida del Canal de Panamá ……….. Ese es su plan. Nunca deberá llevarse a efecto……..»

Mapa secreto del «Nuevo Orden Mundial»
  • Argentina absorbería a Uruguay y Paraguay.
  • Brasil se anexionaría parte de Bolivia.
  • Chile se haría con el Perú y la otra parte de Bolivia.
  • Guyana englobaría a las tres guayanas, quedando bajo la tutela del gobierno francés de Vichy.
  • Nueva España sería el resultado de unificar el territorio de Colombia, Venezuela, Ecuador  y Panamá (con su famoso canal).

El discurso, evidentemente muy preparado donde es leída cada una de las frases, y bajo el silencio de los allegados al presidente, resulta una atmósfera agobiante donde el dramatismo da paso a lo enfermizo, y nos parece imaginar a soldados haciendo guardia vestidos de esmoquin tras el Presidente. El discurso continuaba, haciendo referencia a nuevas conjeturas y descripciones de la actividad nazi, describiendo a un enemigo con el que no se debería tener compasión. Recordemos que la finalidad de su discurso era convencer a la opinión generalizada para entrar en una guerra de forma justificada, o al menos, consentida. El discurso seguía así…

«Este mapa pone de manifiesto el diseño de los nazis no sólo contra América del Sur, sino contra los propios Estados Unidos …….. Su gobierno tiene en su poder otro documento emitido en Alemania por el gobierno de Hitler. Se trata de un plan detallado, que, por razones obvias, los nazis no querían y no quieren dar a conocer todavía, pero que están dispuestos a imponer-un poco más tarde-en un mundo dominado por Hitler-si gana. Se trata de un plan para suprimir todas las religiones existentes: protestantes, católicos, mahometanos, hindúes, budistas y judíos por igual. La propiedad de todas las iglesias será decomisado por el Reich y sus títeres. La cruz y todos los otros símbolos de la religión han de ser prohibidos. Los clérigos han de ser silenciados para siempre, bajo pena de los campos de concentración, donde hasta ahora los hombres valientes que están siendo torturados porque han colocado a Dios por encima de Hitler …….. En el lugar de las iglesias de nuestra civilización, hay que establecer una Iglesia internacional nazi-una iglesia que será servida por los oradores enviados por el gobierno nazi. En el lugar de la Biblia, las palabras de Mein Kampf será impuesta y forzada como la Sagrada Escritura. Y en lugar de la cruz de Cristo se puso dos símbolos-la cruz gamada y la espada desnuda…»

Las repercusiones de este discurso serán ampliadas, incluso visualmente, mediante la cinematografía y los noticiarios vinculados al pensamiento Rooseveltiano. Era necesario poseer buenas razones para llegar al corazón de los jovenes americanos y que ellos mismos pidieran voluntariamente el alistamiento frente a la amenaza nazi. Hacerles sentir el deber de ser los justicieros de su país con una arma en las manos, y al igual que la imagen de la Justicia posteriormente también llevaron una venda en los ojos impidiéndoles ver lo que les espera al otro lado del hambriento mar.

Pasados muchos años del final de la 2ª Guerra Mundial, se desclasificaron muchos documentos de aquel momento decisivo. Y ha sido en el año 1985 cuando dos investigadores especialistas en el espionaje de Ameríca latina, John Bratzel y Leslie Rout, han podido comprobar un dato relevante sobre el documento robado a aquel espía alemán en Buenos Aires que minó tantas cabezas americanas tras su lectura por el presidente F. D. Roosevelt. Descubrieron, nada menos, que ese documento no era más que una falsificación confeccionada por los servicios secretos británicos. «The secret map» fue una excusa fríamente calculada para apoyar las intenciones intervencionistas del presidente F. D. Roosevelt.

El presidente Franklin Roosevelt fue un maestro del engaño. Por lo menos en una ocasión, admitió con franqueza que estaba dispuesto a mentir para alcanzar sus metas. Durante una conversación, en mayo de 1942, con Henry Morgenthau Jr., secretario del Tesoro (uno de los prohombres del poderoso clan judío que rodeaba al presidente), comentó:

«Usted sabe que soy un malabarista, y nunca dejaría que mi mano derecha sepa lo que hace mi mano izquierda … que puedo tener una política para Europa y una diametralmente opuesta para América del Norte y del Sur. Puedo ser totalmente incompatible y, además, yo estoy dispuesto a engañar y decir mentiras si eso me ayuda a ganar la guerra.»

Roosevelt no fue el primero o el último presidente de Estados Unidos en mentir a la gente. Sin embargo, pocas veces encontramos un discurso, de figura tan relevante en la política de Estados Unidos,  tan cargado con mentiras descaradas como hizo Franklin D. Roosevelt en el discurso del Día de la Marina del 27 de octubre de 1941, y transmitido en vivo por la radio a nivel nacional.

Recordemos que anteriormente su primo lejano Theodore Roosevelt, antes de ser presidente de EEUU (en 1901), también utilizó las mismas habilidades enfrentar a los Estados Unidos contra España en el año 1898. Apoyado por el magnate de la prensa William Randolph Hearst, puso a la Armada americana en estado de alerta sin autorización del presidente McKinley. Y para colmo el 15 de febrero de 1898, una explosión ilumina el puerto de La Habana. El acorazado de segunda Maine que estaba anclado  en actitud provocadora sobre territorio y aguas españolas salta por los aires, motivo por el que comienza la guerra Hispano-Estadounidense.

<<Con un final más que conocido para todos los españoles: el hundimiento de una potencia veterana como España, y el inicio del poderío mundial de una potencia bisoña como Estados Unidos. >>

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