GAS !! en la 1ª Guerra Mundial.
3 diciembre 2011
Estamos en la 1ª Guerra Mundial, una guerra de trincheras, en la que los soldados duermen de pie porque el barro inunda su puesto. Y se despiertan, si esque han conseguido dormir, frente a un horizonte de alambradas y cráteres producidos por los obuses enemigos. Su deseo es volver a casa con su familia, nunca pensaban que la guerra era asÃ. Ellos conocÃan las gloriosas gestas de las batallas napoleónicas hace tan solo 100 años, pero la realidad de la guerra en 1914 era muy dura. Dónde estaba el honor de servir a su paÃs?, entre el barro de agua corrompida y sus propias heces. Lombrices humanas soportando, el hambre, el frio, la metralla de las bombas y quizá algún disparo certero. Y ahora también una nueva arma … GAS!!.
Un alemán. Su nombre: Fritz Haber, de origen judÃo pero renegando de su fé quiso convertirse en el mejor alemán, un alemán exacerbado. Experimentó por su cuenta con toxinas y se especializó en el gas Clorina. Siempre pensó en usarlo en el campo de batalla para aniquilar al enemigo. Experimentó con animales de granja y logró conseguir que el aire contaminado encontrase a sus victimas ocultas en su escondite y les diera caza por cualquier rendija abrazando de muerte a sus ocupantes.
Presentó al ejército su arma quÃmica pero no fue tomado en consideración. Aunque después de un estancamiento agónico de la guerra, los generales alemanes pierden sus escrúpulos iniciales y retoman las conversaciones con Fritz Haber. Su arma será empleada en Bélgica.
Allà se encuentra el 22 de Abril de 1915, en la segunda batalla de Ypres, para dirigir el proceso de la muerte. Proceso que duró 1 mes, nada menos para repartir las 160 Toneladas de gas Cloro almacenadas en los 6.000 cilindros distribuÃdos en toda la linea del frente de 6 Kilómetros. Se abren los contenedores al unÃsono a las 17:00 cuando el viento apunta a las lÃneas francesas. La nube venenosa amarilla avanza inmisericorde por el campo de batalla invadiendo las trincheras francesas con la mayorÃa de los hombres desprevenidos. Las consecuencias, ya se conocen, 5.000 hombres muertos en el acto y otros 20.000 considerados bajas, muchos de ellos irrecuperables con los pulmones destrozados vomitando sangre.
«Imaginaos, sà es posible, la situación y estado de ánimo de aquellas tropas, al ver una extensa nube de ceniciento gas amarillo brotando del suelo y arrastrándose, empujado por el viento hacia ellos; los vapores quemaban la tierra, introduciéndose por las grietas y huecos, llenando los agujeros hechos por las granadas y las trincheras según iba acercándose. Al principio, el asombro; después, el miedo, y por último, cuando las primeras capas de la nube envolvieron y dejaron a los hombres sin aliento y agonizantes, el pánico. Los que podÃan moverse huyeron, aunque en general en vano, pues la despiadada nube los seguÃa y alcanzaba.»
Tras ello, F. Haber es ascendido autómaticamente adquiriendo el rango de oficial y contribuye a organizar los Cuerpos quÃmicos de Alemania. En 1918 se le otorgará el Premio Nobel de QuÃmica.Â
CaracterÃsticas del Cloro:
En la naturaleza no se encuentra en estado puro ya que reacciona con rapidez con muchos elementos y compuestos quÃmicos, sino que se encuentra formando parte de cloruros y cloratos, sobre todo en forma de cloruro de sodio, en las minas de sal y disuelto y en suspensión en el agua de mar.
Se emplea para potabilizar el agua de consumo disolviéndolo en la misma; también tiene otras aplicaciones como oxidante, blanqueante y desinfectante.
En su estado gaseoso es cuando el cloro es sumamente tóxico, hinunda el sistema respiratorio provocando asfixia. Su sÃmbolo es Cl. En condiciones normales y en estado puro forma dicloro: un gas tóxico amarillo-verdoso formado por moléculas diatómicas (Cl2) unas 2,5 veces más pesado que el aire, de olor desagradable y tóxico.
A pesar de su efectividad, especialmente en situaciones de sorpresa del enemigo, el cloro tiende a combinarse con casi todos los elementos con rapidez, por lo que desaparece en poco tiempo del campo de batalla.
<<Nunca acerqueis la nariz a un trozo de Cloro sólido de los que sirve para depurar las piscinas, u os acordareis de las vÃctimas de Ypres y del Gas Cloro.>>
Conviene aclarar, sin dejar de minusvalorar esta barbarie de Ypres, que fueron los franceses los primeros en emplear gas como arma frente al enemigo en la 1ª Guerra Mundial, utilizando granadas rellenas de gas lacrimógeno (bromuro de xililo) en Agosto de 1914. Alemania respondió con la misma moneda en octubre de 1914, disparando obuses de fragmentación llenos de agentes quÃmicos irritantes contra las posiciones francesas en Neuve Chapelle, aunque la concentración lograda era tan pequeña que apenas se percibió.
Después de estos agentes quÃmicos se pusieron en práctica otras variedades de gases homicidas:
Fosfógenos: Gas más letal que el cloro por su durabilidad, sus efectos aparecÃan a las 24 horas de ser inhalado. Usado inicialmente por los franceses en 1915.
Mostaza o Iperita: El más cruel y efectivo, producÃa unas ampollas que incapacitaban al enemigo y contaminaba el campo de batalla. El gas mostaza se prepara haciendo reaccionar etileno con cloruro de azufre. Se disparaba en proyectiles de artillerÃa ya que su evaporación era muy lenta. Su olor es caracterÃstico similar al del ajo o la mostaza. Su primer uso fue alemán en 1917.
Adamsita: Provoca mareos, nauseas y vómitos; compuesto de arsénico. Obligaba a quitarse la máscara de gas al enemigo por lo que mezclado con otro tipo de gas como fosfógenos podÃa ser letal. Su primera utilización fue por parte del ejército de EE.UU. en 1918.
En el momento en que terminó la guerra, el principal usuario de gas venenoso fue Alemania, seguido de Francia y Gran Bretaña. A pesar de que el gas venenoso fue un arma terrible, su impacto real está abierto a debate. Ya que el número de muertes fue relativamente pequeño (a penas el 10% del total de vÃctimas en la guerra). Pero sà que prevaleció el impacto de terror sobre los soldados durante todo el perÃodo de la guerra. Los hospitales siguieron intentando rehabilitar a muchos afectados por el gas aun después de la guerra. Las imágenes de las consecuencias del gas dieron la vuelta al mundo, como ejemplo de lo que no se debÃa volver a repetir. A partir de ese momento se estableció unas bases que trataban de fijar los lÃmites para que en las guerras no todo fuera permitido.
Las autoridades militares consultaron entonces con los quÃmicos, ideándose caretas o máscaras formadas de algodón en rama o almohadillas empapadas en varias soluciones, que sujetas frente a la nariz y la boca, protegÃan en cierta medida en el campo. Los soldados incluso realizaban turnos para utilizar las escasas máscaras de gas repartidas entre las filas. Si se sufrÃa un ataque con gas los no afortunados de poseer una máscara la improvisaban con un paño empapado en su propia orina y la colocaban sobre la boca para dar protección contra un ataque de cloro. En este tipo primitivo están basados todos los modelos hasta llegar al último y más eficaz. La parte esencial de la careta era la cestilla metálica donde se colocaban los preparados quÃmicos capaces de absorber los varios tipos de gases mezclados con el aire respirado por los soldados.
Las fotografÃas de la época nos dejan imágenes tan pintorescas como las de caballos y perros ataviados con máscara anti-gas junto a soldados igualmente protegidos. Puede parecer gracioso pero el pánico traspasaba los ojos de esas máscaras.
- Categor??a: Curiosidades, Destacamos
- Tags: 1ªGM, Armas
- 1 Comentario
Comentarios en "GAS !! en la 1ª Guerra Mundial."
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daaq diciembre 20, 2011 a las 22:51
Que valiosa informacion me he encontrando en esta entrada, desde hace un tiempo vengo investigando sobre el gas en la gran guerra, pero la informacion que uno encuentra en la red es bastante limitada. Para mi mala suerte acceder a textos sobre este tema es muy dificil desde el lugar en el que estoy, asi que esto me viene muy bien, sobre todo lo relacionado con el señor Haber…. Gracias por compartir