Estrategia – Legión Romana Republicana

19 septiembre 2011

Finalizamos con este capítulo el análisis de la Legión Manipular Romana, centrándonos en la estrategia frente al adversario.

 

ESTRATEGIA ANTE EL ENEMIGO:

Frente a los rivales, el procedimiento a seguir era siempre el mismo y se seguía al pie de la letra como si de un guión se tratase. En las academias militares cada soldado aprende la disciplina y el procedimiento de actuación dentro del manípulo para que en caso de presión o pánico su actuación estuviera dirigida por su inconsciente y actuase dentro de la normalidad; el soldado romano sentirá una superioridad moral dentro del grupo que nunca sentirá el enemigo indisciplinado frente a él. Esto decaerá a medida que las legiones sean formadas cada vez con más prisa y por individuos de clases menos marcadas; y más aún con las mezcolanzas de clases, algunas mercenarias, luchando en su mismo ejército.

Muchas batallas se resolvían sin necesidad de que intervinieran los manípulos, tan sólo con la intervención de los velites y su lluvia de venablos se podía resolver la batalla en favor de la Legión ya que ocasionaba el pánico en las filas enemigas con poco espíritu de lucha.

Los  velites tienen una especial importancia en la lucha ya que son ellos los que dan comienzo al enfrentamiento y posteriormente continuan interviniendo desde la retaguardia de los manípulos en primera línea de batalla.

El alcance de 25 a 30m de los venablos lanzados por los velites hace posible la teoría que permite hacer caer una lluvia de proyectiles al enemigo sin necesidad de verlo, situándose a resguardo tras las lineas de las centurias amigas ocupadas en mantener la linea del frente.

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DESARROLLO:

Vamos a presentar el desarrollo en batalla de la infantería manipular como ejemplo de nuestra teoría particular, sin extravagancias, y que se aproxima mucho a la realidad de como enfrentarse a una ruptura de línea por culpa de un avance del enemigo en sólo una parte de los más de 400m de línea frontal, afectando a unos pocos manípulos.

Los velites avanzan desde la parte de atrás de sus manípulos para ver el campo y organizarse.

Los velites integrados en cada manípulo se separan de sus agrupaciones acercándose al frente para hostigar al enemigo.

Los velites forman una línea a distancia de alcance para intentar desmoralizar a las primeras tropas del enemigo, lanzándoles los 3 venablos .

Tras lanzar los proyectiles los velites vuelven tras la primera linea de hastati protegiéndose del avance enemigo.

Los hastati cierran los huecos entre ellos avanzando la 2ª centuria de cada manípulo al frente alineándose  con la 1ª centuria existente.

Los velites avanzan para ponerse detrás de la linea de hastati y desde alli arrojar proyectiles al enemigo por encima de la linea del frente, fácilmente superable con un lanzamiento de 15 o 20m.

Se produce algo inesperado. La linea romana se rompe frente al empuje enemigo. Sólo en una zona, lo que permite trabajar en exclusividad dicha superficie. Recordemos que el frente de la infanteria es de 432m, con lo que experimentamos una retirada de 150m de linea. Imaginaros 150m de soldados moviéndose desordenadamente a la altura de su general, un cónsul a caballo. No era nada fácil de improvisar, por lo que todo debía de estar previsto.

Avanzan los principes en formación para cubrir la retirada de los hastati. No se pierde la compostura ni la sangre fría, a pesar que estos hombres vean pasar entre ellos a sus compañeros más jóvenes (hastati) dando alaridos por el pánico o gritando de dolor por las heridas sufridas.

En medio de este «caos controlado» se despliega la línea de principes. Los velites primeros puede que huyan hasta el final de las lineas, su comportamiento es dudoso frente a una mayor disciplina de sus compañeros (hastati, pricipes y triarii).

Desplegada la línea de principes, se reorganizan los hastati con ayuda de sus mandos en la retaguardia. Los triarii en la última línea hace de referencia y evita una retirada prolongada.

Mientras la primera linea combate, el enjambre de velites se aproxima para aprovecharse de la nueva pared formada y arrojar los proyectiles que tengan más a mano, incluso devolviendo los que estén por el suelo. Los hastati reorganizados se posicionan en la retaguardia. La estabilidad puede permitir acercarse a nuevos velites.

Todo vuelve a comenzar y la máquina romana sigue avanzando!.

Veamos un ejemplo de lo que ocurriría si la línea de hastati y principes se rompe a la primera:

Los hatati huyen en desbandada por un fuerte empuje de las tropas enemigas. Los principes forman su línea para tratar de contener la ofensiva bárbara.

 

 

 

 

 

 

El pánico comienza a hacer efecto en la línea de principes, su retirada completa es inminente.

 

 

 

 

 

 

 

 Paso a paso los principes ceden terreno. En la retaguardia los triarii comienzan a desplegarse, saben que son la última esperanza de la Legión.

 

 

 

 

 

 

Triarii

Con la linea de triarii formada y sus lanzas largas clavadas en tierra la línea de principes corre para resguardarse tras esta empalizada de astas.

 

 

 

 

La derrota será retardada por acción de los triarii muchos de los cuales sacrificarán su vida por su veterana edad y por su honor, pero al menos la Legión se ha salvado de una masacre.

 

¡Gloria a Roma!.

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