La Vera Cruz – Tesoros Templarios

«Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota, y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio». (Juan 19, 16-18)

La Vera Cruz tiene el valor de ser la cruz donde fue crucificado y muerto Jesús, y posteriormente, por ser el símbolo de los Cruzados.

Se situa la Cruz por primera vez en el siglo IV, momento en el que el emperador Constantino y su madre la emperatriz Elena ordenaron destruir los templos paganos de Jerusalén. Bajo amenaza de muerte les guió un tal Judas (no Iscariote) a la Santa Cruz oculta bajo tierra, la cual se extrajo de las excavaciones realizadas donde se había situado el Sepulcro de Jesús, bajo el templo de Venus y Júpiter en el año 325d.C.

“Judas pidió ir a un lugar y hubo terremotos después que rezara, olor a perfume lleno el aire y Judas se convirtió milagrosamente. Cerca había un templo a Venus, el cual Elena ordenó que destruyeran. Allí Judas comenzó a buscar y encontró tres cruces las cuales entregó a Helena. Ésta probó la autenticidad de las cruces acercándolas a un muerto quien volvió a la vida milagrosamente. Otras historias cristianas cuentan que curó a una mujer y otras dicen que fueron utilizadas para ubicar la inscripción de Pilatos». (Texto siglo IV)

Elena manda construir una basílica en Jerusalén donde se deposita la Vera Cruz, allí se producirán varios asaltos de infieles a tan importante reliquia.

Año 610, Jerusalén es conquistada por los persas sasánidas dirigidos por Khosrau II y llevan la Cruz a Persia.

Año 629, Persia es invadida por el emperador bizantino Heraclio que recuperará la Vera Cruz, la Santa Lanza y la Esponja;  devolviéndolas a Jerusalén. Recordando este rescate es que celebramos el 14 de septiembre la Exaltación de la Cruz.

«El emperador, vestido con las insignias de la realeza, quiso llevar en exaltación la Cruz hasta su primitivo lugar en el Calvario, pero su peso se fue haciendo más y más insoportable. Zacarías, obispo de Jerusalén, le hizo ver que para llevar a cuestas la Santa Cruz, debería despojarse de sus vestidos reales e imitar la pobreza y humildad de Jesús. Heraclio con pobres vestidos y descalzo pudo así llevar la Cruz hasta la cima del Gólgota.» (Tradición-Leyenda)

Año 638 Jerusalén es conquistada por los árabes, aunque las reliquias son salvaguardadas.

Año 1009 de nuevo los árabes arrasan la basílica del Santo Sepulcro y la Vera Cruz se pierde.

Año 1099 Jerusalén es conquistada por los Cruzados y milagrosamente aparece la vera Cruz con lo que es devuelta a la basílica.

Para evitar nuevos robos, la Santa Cruz es partida. Una parte se lleva a Roma, otra a Constantinopla; una se deja en Jerusalén y una más se parte en pequeñas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero. Como curiosidad añadir que en el momento que los caballeros del Temple escogen un modelo de cruz para sus relicarios «Lignum Crucis», no adoptan la cruz griega como parecería natural, ni siquiera la cruz latina, sino que toman un tipo de cruz, radicalmente distinta de las anteriores pero muy popular entre los cristianos de oriente: la cruz patriarcal o de cuatro brazos.

Los Cruzados de la época son procedentes de varios lugares y Ordenes religiosas. Pero son los Templarios los que poseen la exclusividad de proteger y portar en el campo de batalla la Santa Cruz (situada en Jerusalén).

Año 1187, en la batalla de los Cuernos de Hattin, se produce la peor derrota de la Orden Templaria. No por el número de bajas ni por la derrota en sí, sino por la pérdida del talismán que encabeza a su ejército, la Santa Cruz. Arrebatada en combate a manos de musulmanes egipcios dirigidos por Saladino que la hacen desaparecer para siempre jamás. Aunque existe una leyenda paralela que afirma de los templarios que al ver cercana su derrota, se esmeraron en enterrar la Vera Cruz bajo el campo de batalla de arena ocultándola de manos estrañas.

Después de esta terrible pérdida, y como si de una pesadilla se tratase, la Orden del Temple entrará en declive constante hasta el momento de su disolución, en 1310.

Como dato significativo cabe destacar que durante la Edad Media, había tantos trozos de cruz verdadera que se podría decir que era un verdadero bosque si se unieran todos los pedazos. Calvino dijo que la cantidad de madera reconocida como parte de la “verdadera cruz”, “podría haber llegado a construir una buena flota de barcos”. La vergonzosa lista de fraudes y objetos absurdos es interminable, ya para el siglo IX las iglesias de Europa y Asia poseían todo tipo de huesos, dientes, pelo, tela y ropa de santos de dudoso origen.

Los relicarios más famosos son los de Limbourg (Alemania, siglo X), la de la Catedral de Cosenza y de la Catedral de Nápoles (Italia, siglo XII) y la de la Catedral de Génova (Italia, siglo XIII). Aunque la reliquia más grande conservada se encuentra en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria (España).

«La reliquia de el Lignum Crucis, el mayor fragmento de la Cruz de Cristo que se conserva en el mundo, saldrá este domingo, 14 de agosto de 2011, de manera extraordinaria del monasterio de Santo Toribio de Liébana para presidir la Vigilia de Oración que celebrará a las diez de la noche en el palacio de los Deportes de Santander y en la que participarán los extranjeros que han llegado esta semana a Cantabria para pasar aquí los días previos a la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid que protagonizará el Papa Benedicto XVI. Ésta, será la novena ocasión en la que la reliquia salga del monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde es custodiada por la orden de los Franciscanos». (Europa Press)

<<Después de Jesús y con el transcurso de los siglos, la cruz transmutará su significado hasta convertirse en el símbolo más conocido del cristianismo y uno de los símbolos más universales.>>

Los caballeros Templarios tomaron como señal identificativa la cruz de color rojo, en honor a la Cruz de Cristo y a su Sangre. Se consideraban los elegidos para salvaguardar la fe cristiana ante los enemigos.